16.3.09

Las metamorfosis futuristas de José Val del Omar

A través de un amigo (alguien sabio dijo que somos lo que somos gracias a los amigos y a la gente que queremos) cayó en mis manos un video de José Val del Omar, cineasta e inventor granadino (1902-1982) a quien conocía por mi afición al cine pero de quien no había tenido aún oportunidad de ver ninguno de sus films.
Y mira por donde, que mi amigo me pasó el link de San Youtube y no pude evitar escribir unas líneas sobre José Val del Omar en el blog.
Val del Omar, cineasta e inventor, es una de las figuras más representativas de la historia de la creatividad española contemporánea, a pesar de que su obra sigue sin conseguir un reconocimiento público notorio.
Romà Gubern lo describió como "profeta y visionario, inclasificable inventor, poeta de la cámara y místico granadino" y lo cierto es que Val del Omar nos ha legado una corta pero densa y fascinante filmografía en la que se produce una fructífera colisión entre mística y tecnología, entre un desbordante impulso poético y una profunda ambición científica.
En su obra, la preocupación por la innovación tecnológica no se agota en sí misma, sino que sirve para canalizar una indagación humanista (con connotaciones religiosas y referencias a Juan de la Cruz o al poeta andalusí Ibn-Al-Arabi) cuyo objetivo final es propiciar que los espectadores tengan una vivencia estético-sensorial plena (visual y auditiva, pero también táctil), una experiencia de "cine total".
No hay que olvidar que para José Val del Omar, que se definía a sí mismo como "cinemista", el cine tenía una vertiente sagrada -que podía provocar el "ascenso de los espectadores hacia la luz"- y una vertiente profana, que les mantenía en las "tinieblas".
Su actividad cinematográfica se inició a mediados de los años 20 del siglo pasado (su primer film, En un rincón de Andalucía, data de 1924) y se extiende hasta la década de los 80, cuando lleva a cabo algunos ensayos multimedias con rayos láser y vídeo.
Pero ya a los 9 años experimentaba con la proyección de los reflejos de pequeños cristales en un pañuelo (a modo de pantalla) sobre el que aplicaba diversos efectos de iluminación utilizando velas y linternas.
En 1928 ideó el objetivo de distancia focal variable, un mecanismo tecnológico que se puede considerar como un antecedente directo del zoom.
Y un año más tarde intentó, sin éxito, hacer una versión cinematográfica del ballet "El sombrero de tres picos" que había estrenado el compositor gaditano Manuel de Falla en 1919.
Durante los años de la República, José Val del Omar colaboró activamente con las Misiones Pedagógicas, una iniciativa de la Institución Libre de la Enseñanza para llevar proyectos culturales y educativos a zonas rurales aisladas.
En el marco de este proyecto, Val del Omar realizó millares de fotografíasy rodó más de cuarenta documentales que, en la mayor parte de los casos, desaparecieron durante la guerra civil.
Su obra más emblemática es Tríptico elemental de España, un proyecto sin precedentes (y, en gran medida, sin continuidad) en la historia del cine español.
Realizado en un contexto poco propicio para propuestas cinematográficas experimentales -la España franquista de los años 40 y 50-, Tríptico elemental de España engloba tres cortometrajes: “Aguaespejo granadino”(1953-55), “Fuego en Castilla” (1958-1960) y el inconcluso “Acariño galaico. De barro” (1961)- que se estructuran en torno a tres elementos metafóricos -el agua, el fuego y la tierra, respectivamente- y se desarrollan en otros tantos escenarios geográficos: Andalucía, Castilla y Galicia.
Es un ensayo fílmico sobre el tiempo en el que el creador granadino explora los límites del discurso audiovisual (el "arte del tiempo") a través de recursos e instrumentos técnicos inventados por el mismo: desde el sonido diafónico (precursor de sonido estéreo), al desbordamiento apanorámico de la imagen, pasando por la tactilvisión (una técnica de iluminación intermitente -o táctil- que fue premiada en la edición de 1961 del festival de Cannes).
Antes, en los primeros años de la postguerra, el tecno-artista granadino había subsistido inventando prototipos tecnológicos y participando en el equipo técnico de diversos proyectos audiovisuales.
Por ejemplo, en 1949 puso en marcha un laboratorio experimental de electro-acústica en Radio Nacional de España, donde se grabó el primer registro estereofónico magnético de "El amor Brujo" de Manuel de Falla.
En la fase final de su carrera, Val del Omar siguió desarrollando sus experimentos artístico-tecnológicos en su laboratorio Picto Lumínica Audio Táctil (PLAT) hasta que falleció en 1982 en un accidente de tráfico.
Os paso los enlaces a youtube de su obra "Aguaespejo Granadino".
Ya me diréis. Yo no tengo palabras. Me recuerda mucho a Eisenstein, otra de mis debilidades...

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